viernes, 12 de septiembre de 2014
Posición de ALEAS-IU respecto al convenio de adopciones con Rusia.
Este verano hubo un intenso debate en los círculos activistas y ciudadanos al respecto de la abstención de IU en la comisión provisional, debate que celebramos y agradecemos. Nos parece imprescindible estar abiertas a felicitaciones cuando se hacen las cosas bien y, doblemente, a críticas cuando se considera que hemos errado. En su momento nos pareció oportuno seguir la petición de abstención prudente en la toma en consideración de dicho proyecto, sin perjuicio de que si finalmente se mantenía en dichos términos excluyentes ya estaba anunciado que desde ALEAS llamaríamos al voto en contra. Pensábamos fundamentalmente en no dificultar los procesos de adopción ya en marcha dejando abierta la posibilidad de que el Gobierno reaccionara, función que pretender tener las comisiones provisionales. Como no ha habido la rectificación que exigimos en dicha comisión este verano, no ha habido más remedio que votar firmemente en contra de dicho convenio.
Gracias a los colectivos y activistas que habéis trabajado incansablemente este tema y a todas las que habéis participado de este debate. La única forma de acertar es construir juntas la lucha LGTBI, cuando se acierta y cuando se yerra, por el camino de la confluencia y el trabajo horizontal y colectivo. Esperamos poder seguir confluyendo en las calles y en las instituciones.
Aquí dejamos nuestra postura al respecto del convenio de adopciones LGTBIfóbico con Rusia, tras un debate abierto, colectivo y enriquecedor este verano:
El pasado 31 de julio se votó el famoso convenio de adopciones internacionales con Rusia en la subcomisión de exteriores del Congreso de Los Diputados. Entonces, el voto de IU fue de abstención debido a la complejidad del fenómeno, donde había que conciliar dos intereses que, a priori, parecían contrapuestos, a saber: los derechos de las personas LGTBI a la no discriminación y los derechos de la infancia, entre ellos, el derecho a tener una familia. Cabe recordar que también el sentido del voto fue condicionado, como no podría haber sido de otra manera, por los colectivos LGTB que nos avisaron de tal votación, en concreto por Cogam. Sin embargo, desde entonces, numerosas voces críticas se han alzado en contra de este convenio al ser percibido y tachado como un atentado a los derechos de las personas LGTBI, sobre todo si niega la posibilidad de la adopción a parejas LGTB. Es por eso que algunos colectivos con los que ALEAS ha mantenido intensos contactos, como COGAM o GALEHI, han protestado en las calles contra la aprobación del convenio, con el apoyo de ALEAS-IU. Junto a ellos, hemos elaborado la posición aquí plasmada.
Las
críticas recibidas, tanto a nuestra posición como al convenio, contienen
importantes razones para la modificación de nuestro voto a la vez que incluyen
algunos otros argumentos cuya consistencia es cuanto menos dudosa. Entre las
primeros, nos parecen acertadas aquellas críticas que sostienen que este
convenio supone una injerencia en la legislación LGTBI española, al proponer que las autoridades rusas ejecuten
evaluaciones sobre las adopciones ya anteriores al convenio y así juzgar la
supuesta idoneidad de la familia, controlando que no sean familias
homoparentales. Esta propuesta atenta no solo contra los derechos de las
personas LGTBI sino también atenta contra los derechos de los y las menores, al
bloquear la posibilidad de que estxs tengan una familia –entendida en un
sentido amplio y no neoconservador-. Por tanto, nuestro criterio para la
posición política es la defensa radical de los Derechos Humanos y cualquier crítica que lo obvie, como algunas que
hemos recibido, haría aguas ipso facto. Hablamos
de aquellas críticas que parecen que encuentran necesaria una relación
antagonista entre los derechos humanos de las personas LGTBI y los derechos
humanos de la infancia.
Indudablemente
es cierto que las adopciones facilitan la vida de la infancia desamparada.
Precisamente por esto, es que no entendemos cómo es posible que el gobierno
ruso supedite el interés del menor a su obsesión lgtfóbica que atenta, ya no
solo contra nuestros derechos humanos, sino también contra el derecho de la
infancia a gozar de una familia. De
hecho, el reconocimiento de esto destruía aquellos argumentos neoconservadores
que se esgrimieron desde la derecha en contra del matrimonio y la adopción en
España.
Nuestra propuesta es un voto en contra por
lo ya argumentado y por lo siguiente. Consideramos que cualquier convenio de
adopciones que ratifique nuestro país debe asumir que la letra del mismo no
puede contradecir nuestra legislación. Es decir, no podemos tolerar aquellos
convenios que vayan en contra de nuestras leyes y, en última instancia, de las
conquistas sociales.
Nuestra
propuesta concuerda en lo básico con la planteada por COGAM y GALEHI. Ambos
colectivos proponen una norma ad hoc
a fin de solucionar la situación de las familias españolas que están a la
espera de la aprobación del convenio. No hay que olvidar que dentro de este
grupo de familias puede haber personas LGTB y que, de hecho, ya las hay y que
esperan que su situación pueda ser solucionada, sin perjudicar los derechos de
la infancia y ni sus derechos como personas LGTB. Es más, si se aprueba el
convenio estas personas podrían perder a sus menores desde el momento en que el
gobierno ruso presume la necesidad de supervisar estas adopciones; si ocurre
aquellos hombres que tengan la custodia de sus hijos podrían perderla. Se trata
del artículo 14 del convenio que refleja un interés del gobierno ruso por
conocer la situación real de los menores, lo cual plantea inquietantes dilemas,
aún cuando semejante tarea puede ser realizada por las autoridades españolas
haciendo cumplir las leyes españolas ad
hoc. ¿Qué ocurriría en el caso de que la familia adoptante este compuesta
por personas que no se ajustan a las normas de la cultura heterosexual y
patriarcal? ¿Se priorizaría el derecho del menor a disfrutar de una familia o
serían prioritaria las obsesiones lgtbfóbicas rusas?
Respecto
a las futuras internacionales, una política en defensa de los Derechos Humanos
de la infancia y de las familias debería atenerse a las normas constitucionales
que sostienen los derechos y libertades sexuales, como lo aprueban las
sentencias del TC relativas al matrimonio igualitario. Esto es, las propuestas
que anhelan los colectivos sociales de los que somos parte plantean la
necesidad de mejorar y profundizar las vías de adopción internacional con
aquellos países que no plantean los requisitos rusos que, nuevamente,
insistimos en que incumplen incluso nuestra legislación antidiscriminación (por
ejemplo, la que permite adopciones o el matrimonio entre personas del mismo
sexo).
Nuestro
discurso también debe incluir reivindicaciones relativas a las familias LGTB.
Debemos articular un mensaje de oposición al convenio pero no desviando la
mirada totalmente hacia Rusia cuando aún tenemos mucho que hacer. Desde las
asociaciones de padres y madres LGTB reivindican una mejora de los procesos de
adaptación, caracterizados por su lentitud, un aumento de las políticas
sociales en la infancia y de cuidados; y la regulación de las adopciones
abiertas. Sin desaprovechar la oportunidad de críticar con dureza aquellos
recortes en políticas públicas, derechos y libertades que el gobierno del
Partido Popular está ejecutando y que, sin duda, profundizan la LGTBfobia
sistémica y ahondan en la pobreza infantil.
Por último, no
debemos pasar por alto cierto grado de hipocresía mediática respecto a este
tema. No podemos obviar que existe toda una campaña mediática que construye a
Rusia como el principal enemigo de las políticas LGTB, excluyendo del centro de
la crítica al considerable avance de la extrema derecha en Europa -por ejemplo, en Ucrania- o la situación de
las personas LGTB en países que se consideran “respetables” como Arabia Saudí.
Eso no implica menospreciar la situación real de la comunidad LGTB rusa, sino
más bien significa mantener una precaución frente a la tergiversación
imperialista que ondea los derechos LGTB o de las mujeres bajo intereses
totalmente contrapuestos a los de estas comunidades –lo que se ha venido
llamando “pinkwashing”-. Denunciamos la lgtbfobia en Rusia pero también en
todos aquellos países, incluidos los Europeos, que, intencionadamente o no,
están siendo expulsados del debate político.
Con la tecnología de Blogger.
ALEAS-IU en las CC.AA
Izquierda Unida
- Alberto Garzón
- EnComún
- Europa de los Ciudadanos
- I love IU
- Izquierda Abierta
- Izquierda Europea
- Izquierda Plural
- Izquierda Republicana
- Izquierda Unida
- Joan Josep Nuet
- José Luis Centella
- Juventudes Comunistas
- Mayores en Acción
- Mundo Obrero
- Partido Comunista de España
- Partido Obrero Revolucionario
- Plaza Roja
- Redes IU
- Área de Juventud
- Área de la Mujer
Busca en nuestra web
Hablamos de...
Aborto
Afiliación
África
AGE
ALEAS
Andalucía
Antifascismo
Aragón
Arcópoli
Áreas
Asamblea Federal
Asilo
Asturies
ATA
Balears
bandera LGTB
Bisexualidad
Bullying
Campañas
Canarias
Carteles
Castilla y León
Catalunya
Cayo Lara
CCOO
COGAM
comunicado
Comunicados
Congreso
Convergencia
Convocatorias
Crisis
Cultura
declaración institucional
Deporte
Derechos
Diputación
Economía
Educación
Elecciones
elecciones generales 2015
Empleo
Encuentros
Entrevistas
EUiA
Europa
Euskadi
Extremadura
F26D
Familias
FELGTB
Feminismo
FET
Fiestas
Fotos
Francia
FT
Fuenlabrada
Galicia
Girasol
Grecia
Huelga
ICV
ILGA
Institucional
Internacional
intersexualidad
IU
Izquierda Unida
Juventud
La Mancha
Laboral
Laicismo
Lambda
Latinoamérica
Lesbianismo
LGTB
LGTBfobia
Llamazares
Madrid
Manifiestos
Masculinidad
Matrimonio
Mayores
Memoria
Migrantes
Mobbing
Mociones
Mujer
Municipal
Murcia
Navarra
Nota de prensa
Noticias
Opinión
Organización
Orgullo
País Valencià
PIE
PNL
Poliamor
Portugal
Preguntas
Programas
Queer
Racismo
Recortes
Refundación
Represión
República
Resoluciones
Rioja
Rural
Rusia
Sanidad
Senado
Servicios sociales
Sindicalismo
Solidaridad
Syriza
Televisión
Transexualidad
Troika
TTIP
Universidad
UP
Varios
Vídeos
VIH
Visibilidad
XEGA